Degustar un buen café es un verdadero deleite al paladar; no en vano es la bebida tradicional más consumida del mundo. Algunos prefieren saborear un dulce latte, mientras que otros optan por disfrutar con amigos de un espumoso cappuccino, ¡hay para todos los gustos!
Ambas recetas son deliciosas, pero hay ciertos contrastes entre una y otra, especialmente en la forma de preparación. A continuación, le aclaramos todas sus dudas sobre las diferencias entre ambos tipos de café.
El cappuccino nació en Italia a principios del siglo XX, cuya receta apareció justo después de que Luigi Bezzera inventara la máquina de café espresso en el año 1901. Consta de tres ingredientes básicos: espresso, leche y espuma.
Para su preparación, se requiere un espresso, una capa de leche y una capa de espuma más gruesa. La proporción de cada ingrediente es igual para todos, 1/3 por cada uno.
Esta otra modalidad de café espresso es bastante popular entre los amantes del café. El término latte proviene de Italia, aunque no hay un origen exacto acerca del origen de esta receta.
Para preparar el latte se requiere de uno o dos expresos en 1/3 de taza, ⅔ de leche calentada con vapor y una suave capa de espuma de leche de aproximadamente 1 cm de espesor.
El cappuccino y el latte son distintos por las proporciones de ingredientes que se utilizan al momento de su preparación. Estas son las principales diferencias si comparamos ambos espressos:
Le invitamos a probar ambas modalidades de café espresso. Ahora relájese y deguste de un apetitoso latte con su sabor dulce y figuras divertidas en tanto lee un libro emocionante, o de un cappuccino espumoso en una cafetería al aire libre con buena compañía.
Referencia bibliográfica: Primerocafe
